Lo que queda por venir


Sí, y es que el tiempo pasa. A veces tan lento que no paramos de mirar el reloj y parece que el minutero se haya detenido; en cambio otras, sin darnos cuenta todo va muy deprisa, a la velocidad de la luz o mucho más. Sí nos sorprende, pero es así. La vida está llena de momentos y algunos son así, fugaces, incluso más rápidos que un chasquido de los dedos o más que la respiración en los momentos tensos. O en los momentos de adrenalina que no puedes más, que vas a tope, como si tu vida recorriera el camino de la montaña rusa del parque de atracciones. No estaría mal, pues sería una gran diversión, pero no. No estamos rodeados por el tiovivo, ni la noria, ni el puesto de algodones de azúcar. Sino rodeados de diferentes momentos, cada uno de ellos únicos, especiales en cada instante, felices, cortos, largos, rápidos, intensos, increíbles... pero también están los peores, los que quieres hacer desaparecer sin darte cuenta. Lo único que deseas y lo intentas una vez: cierras los ojos, los aprietas con fuerza y deseas que todo pase y cambie. Pero te das cuenta que cuando los abres, nada ha cambiado y todo es como siempre. Por eso hay que ser fuerte y saber que algún día todo sera como soñamos al cerrar los ojos, y sobre todo tenemos que pensar en lo que nos queda por venir. Que con solo decirlo nos quedamos cortos, pues nos queda una larga etapa que vivir y sin duda que disfrutar.

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