Ya era hora. No nos callarán.


Algo que ya ha comenzado. Revolución la llaman algunos, yo la llamaría lucha. Una lucha por lo que todos defendemos, queremos, y pensamos. Es cierto que somos mucha gente pero está claro que todos vamos ahí por algo. A ese lugar donde va todo el mundo, sí a la plaza de tu ciudad en la que se encuentra gente desde hace una semana, luchando. Y tu también quieres estar ahí, porque uno a uno formamos un gran bloque y tenemos que apoyarnos para conseguir que no nos venzan. Porque a pesar de que crean que están por encima, nosotros unidos, somos más fuertes. Y podrán hablar o criticar con palabras sin sentido, que sólo las dicen por decir, porque se creen que nos ofenden, o nos atemorizan. Pues no, al contrario, ellos son los únicos que tienen miedo.


Desde ese 15M que me enteré en las noticias que mucha gente había comenzado una fuerte oleada de protestas, asambleas, propuestas de cambio. Sí exigían un cambio: una democracia real ya. Me llamó muchísimo la atención, y día a día, ver que el número de gente iba creciendo. Pero después darme cuenta que llega a mi ciudad. Quería estar ahí. Participar en todo esto. Porque he ido todas estas tardes para asistir, escuchar a la gente, apoyar la lucha, y sobre todo pensar en el futuro que nos espera si no actuamos ya. Y por eso hay que estar ahí, estar enterados, saber lo que pasa. Hoy mismo estaba estudiando en casa durante toda la tarde, hasta que ha llegado mi madre y con ella hemos ido hasta la plaza del Pilar. Lo necesitaba, quería estar ahí. Simplemente aplaudir y escucharles. Sentirme una más. Porque queremos alcanzar un objetivo que para nada es imposible. Aunque sea poco a poco. Pero el tiempo lo dice todo, y quien sabe a donde nos llevará esto. Estoy segura que llegará un cambio.


El ambiente de las asambleas, es lo mejor. Se respira un ambiente tan positivo y luchador. No sirve el rendirse. Sólo estar ahí, apoyándose uno al otro. Cada persona puede expresarse, y es que he llegado a oír frases tan bonitas, o discursos que te hacen pensar y darte cuenta que merece la pena. Porque tenemos que actuar, y nadie nos lo va a impedir. Sí estamos indignados, y no hay más. Pero también estamos unidos y no lo vais a parar.

Recuerda que merece la pena. Sigue la lucha, gritar si hace falta para que nos oigan. Eso es lo que queremos ser escuchados, pero si no lo hacen, no les vamos a dejar tranquilos. Pues esto ha comenzado y no se ve el final... Ánimo a todos aquellos que están en todas esas plazas por todo el mundo. Seguir a delante. Y nunca os rindáis.



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